No ganar, no perder (Sabadell, 0 – Real Zaragoza, 0)


   Sin haber barro el partido de ayer se ensució desde el principio. Fue uno de esos encuentros que ofrecen tan pocos argumentos narrativos que da pereza afrontar su relato, por mucho que en el último suspiro el Real Zaragoza estuviese a punto de llevarse los tres puntos gracias a un estrambótico cabezazo de Cabrera.

   A los pocos minutos de iniciado ya nos dimos cuenta de que nos encontrábamos ante una disputa fea, escasa de fútbol y vacía de contenido. Los comentaristas hablaban de un terreno de juego en muy mal estado y los espectadores notamos que el Sabadell planteaba una disputa recia y oblicua que iba a impedir que el equipo de Popovic pudiera proponer su particular idea futbolística.

   Ni Basha ni Dorca se hicieron con el balón y los tres de arriba vivieron un calvario debido a que no dispusieron del control del balón casi en ningún momento. Esta segunda línea es fértil y vertical pero cuando no controla el juego sufre mucho. Y ayer es lo que sucedió. El esférico botaba y rebotaba por todo el campo pero no se quedaba más de y tres pases en poder de ninguno de los dos equipos. Con semejante disparate sobre el césped el partido era un auténtico sufrimiento. Los minutos pasaban y ninguna de las dos defensas tuvo que emplearse de ninguna manera. Tan solo cuando Borja envcaró a Nauzet en un contraataque inesperado vislumbramos al Real Zaragoza al que nos hemos acostumbrado, pero el madrileño ayer estuyvo tan apagado como el resto del ataque y falló su ocasión.

   Afortunadamente la defensa avispa (es un decir) volvió a mostrar su mejor cara y evitó que le Sabadell le hiciera daño, lo cual no deja de ser una gran noticia. Suficiente para afrontar una segunda parte de la que esperamos lo mejor pero que no nos aportaría nada, como pronto comprobamos. antes al contrario: nada mejoró. El equipo, no hay duda, jugó ayer un mal partido. No había gobierno, ni control, ni idea futbolística. Y con todo ello el equipo arlequinado descubrió que podía irse hacia arriba y buscar f el premio con el que comenzó a soñar. La imposibilidad de sujetar el balón y la dificultad para combinar hizo que Basha acabase desorientado y Dorca no terminase de cerrar el círculo de gobierno que durante los últimos partidos había protagonizado. Todo ello sumado a la indefinición de Pedro y la invisibilidad de Eldin dio como resultado que los minutos iniciales fueran un problema para los nuestros.

   Hasta que Popovic movió ficha. Sacó a Galarreta y Willian y ese fue el instante en que el equipo se desperezó. La frescura del joven vasco y la fortaleza del brasileño aportaron energía al partido que nos ofreció una cara más reconocible. Fue el período en que se vio que el partido podía caer de nuestro lado. Fue el momento en que Pedro y Borja dispusieron de dos ocasiones de gol. Fue el momento en que pudimos ver que algo de luz asomaba. Pero era demasiado tarde. No había tiempo y aunque el Sabadell cejó en su empeño y se abandonó a una defensa más o menos férrea del empate el partido no dio más de sí.

   Excepto la última jugada. Porque el fútbol es así. Puedes no haber merecido ganar y, sin embargo, una jugada dártelo todo. Es lo que estuvo a punto de suceder. Un último corner en el último segundo permitió que el último jufador que pasaba por allí, Cabrera, cabecease u centro templadito y provocase la ilusión de un gol que no fue porque Nauzet sacó una mano mágica en el último esfuerzo del partido. Habría sido una victoria injusta, pero una victoria valiosísima que nos habría puesto a las puertas de la batalla. No fue, no tuvo que ser, porque méritos, lo que se dice méritos, no hicimos para mucho más que para un empate.

CALIFICACIONES

Bono: 3. Poco trabajo bien resuelto.

Fernández: 3. Correcto en su batalla.

Vallejo: 4. De nuevo un muy buen partido.

Mario. 4. Perfecto en el corte y la brega.

Cabrera: 3. Trabajador y eficaz.

Basha: 2. Inoperante y poco fluido.

Dorca: 2. Discreto y poco partricipativo.

Álamo: 3. Disputador y bravo.

Eldin: 2. Invisible e inhibido.

Pedro: 3. Irregular y menos acertado que otros partidos.

Borja: 3. Luchador y voluntarioso.

Galarreta: 4. Participó en todas las acciones combinativas.

William: 3. Fuerte, poderoso y atrevido.

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